Alrededor de 181 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de 56 países están pidiendo JIFE (Junta Internacional de Control de Estupefacientes) para asumir la transparencia y la rendición de cuentas en la definición de las nuevas 'Directrices del Cannabis'. Las ONG temen un aumento de las restricciones en las próximas propuestas. Portugal no está representado en esta lista de organizaciones.
en el primer aniversario de histórica votación sobre el cannabis en la ONU, el 2 de diciembre del año pasado, se plantearon serias preocupaciones sobre cómo se ha ido desarrollando la política de cannabis a nivel internacional, tras la reclasificación del cannabis.
La JIFE está creando documentación dentro del sistema de control de sustancias para facilitar el comercio y la investigación del cannabis medicinal en todo el mundo, pero las propuestas globales y el propio proceso de redacción parecen contradecir la votación del año pasado, favoreciendo un aumento de las restricciones.
Las pautas de la JIFE guiarán las regulaciones gubernamentales e impactarán las vidas de muchos pacientes, agricultores, médicos y funcionarios de salud en todo el mundo.
“Nuestras organizaciones están comprometidas con la salud mundial, los derechos humanos y la sostenibilidad. Reconocemos la importancia de la JIFE para ayudar a los gobiernos a garantizar el acceso y la disponibilidad de medicamentos controlados para todos los pacientes que los necesiten, pero la JIFE por sí sola no puede dar forma al futuro económico, social, ambiental y cultural de nuestras comunidades.
Las 181 organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo enviaron dos cartas, una dirigida al presidente de la JIFE, Jagjit Pavadia, y otra para informar al secretario general de la ONU, António Guterres, sobre la situación. Las cartas explican cómo las ONG, las partes interesadas de la sociedad civil, tienen la intención de ayudar a la JIFE a enfrentar los desafíos del mundo del cannabis, recopilando propuestas inspiradas en los métodos de trabajo exitosos de la ONU.
Las sugerencias de las ONG se pueden resumir en seis recomendaciones:
- Divulgar la documentación de la JIFE con otros órganos similares de la ONU;
- Suscríbase al sistema de archivo y acceso a la documentación en línea de la ONU;
- Extender las consultas de la sociedad civil a todas las áreas de trabajo del Consejo;
- Solicitar y recopilar contribuciones escritas de actores no estatales;
- Permitir que las ONG y los actores no estatales participen como observadores en las reuniones de la JIFE;
- Ampliar las “visitas a países”, inspiradas en el Mecanismo de Revisión Anual de los órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos.
JIFE no revela datos sobre cannabis
El año pasado, la ONU eliminó el cannabis de la mesa de tratados más estrecha de la convención de drogas de 1961, seis décadas después de su implementación, reconociendo el valor terapéutico de la planta medicinal y dejando de considerarla "dañina y particularmente susceptible al abuso". La votación siguió a una evaluación científica independiente de la Organización Mundial de la Salud, que analizó evidencia y testimonios de varias partes interesadas de todos los rincones del mundo.
Por otro lado, desde 2020, la JIFE ha desarrollado sus lineamientos en secreto, generando dudas sobre la legitimidad y el propósito del proceso, un mandato confuso y riesgos de conflictos de interés. Si bien no son obligatorias, las pautas afectarán las regulaciones sobre el cultivo, el comercio, la producción y el uso de una medicina herbaria tradicional y una planta nativa de muchas regiones del mundo. Además, existe el riesgo de que se conviertan en un estándar, especialmente para países con menor capacidad para establecer sus propias regulaciones.
“La JIFE ha superado con creces su mandato y misión limitados. Incluso el Consejo de Seguridad de la ONU, históricamente uno de los órganos más secretos de la ONU, ha sido más abierto, transparente y participativo que la JIFE”, dijo Kenzi Riboulet-Zemouli, uno de los impulsores de la iniciativa.
“Como paciente, sé cuán críticos pueden ser una amplia variedad de medicamentos de cannabis. Es un tratamiento del dolor muy necesario, con la promesa de mitigar la adicción a los opiáceos en un momento clave de la historia. La JIFE tiene el mandato de apoyar el acceso a los medicamentos y no luchar contra las hierbas medicinales, a favor de las preparaciones de moléculas aisladas o artificiales”, advirtió Michael Krawitz.
Sin embargo, Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, respondió a la carta abierta de las 181 ONG diciendo que “la sociedad civil debe ser escuchada y debe tener el espacio para expresar su opinión”.
La Iniciativa Cannabis de la JIFE puede ir acompañada aquí.