La planta de Cannabis sativa está formada por cientos de componentes, incluidos cannabinoides, terpenos y flavonoides. Los más conocidos y más investigados son el CBD (cannabidiol) y el THC (tetrahidrocannabinol). Ambos pueden tener potencial terapéutico, pero ¿cuáles son las principales diferencias entre ellos?
En primer lugar, y a diferencia del THC, el CBD no tiene efectos psicotrópicos, por lo que su uso es extremadamente seguro, incluso para niños y animales. El CBD generalmente se extrae de variedades de cáñamo, o Cannabis sativa L., la parte más industrial de la planta, que tiene menos del 0,3% de THC. En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el potencial medicinal del cannabidiol (CBD) y consideró que su consumo no supone ningún peligro de dependencia ni riesgos para la salud. La evidencia más sólida ha demostrado la eficacia del CBD en el tratamiento de la epilepsia refractaria, pero además de su efecto anticonvulsivo, este cannabinoide también se ha utilizado como un potente antiinflamatorio, analgésico, ansiolítico, antipsicótico, anticonvulsivo. oxidante o un estimulante del crecimiento óseo.
Dado que el CBD no es tóxico, sus efectos adversos son insignificantes, salvo algunas interacciones con otros medicamentos, como el clobazam o algunos corticoides. El CBD es bien tolerado por la gran mayoría de sus usuarios, pero es recomendable tomarlo en horarios diferentes a otros medicamentos, empezar con una dosis pequeña (solo una gota) e ir aumentando lenta y progresivamente, hasta encontrar la dosis adecuada para cada uno. uno. Aunque por lo general no sientes ningún efecto después de tomar CBD, y este cannabinoide es bien tolerado, algunas personas han informado de somnolencia, diarrea, pérdida de peso y disminución del apetito, por lo que debes estar atento a los síntomas. También se recomienda tomar el CBD en horarios diferentes a otros medicamentos, para evitar cualquier tipo de interacción o potenciación del efecto de otros principios activos.
El THC puede tener efectos psicotrópicos, pero la toxicidad es baja
Por otro lado, el THC es el único cannabinoide con efectos psicotrópicos, pero estos varían mucho según la persona, la dosis o el contexto en el que se utilice. Mientras que algunas personas consumen cannabis precisamente para obtener este efecto psicotrópico, otras no aprecian las sensaciones que provoca el THC, que pueden incluir relajación muscular, aumento del ritmo cardíaco, cambios en el pensamiento, sequedad de boca, dificultad en la coordinación motora, náuseas o retraso en el tiempo.
Aunque el THC tiene una toxicidad extremadamente baja y no supone un riesgo de muerte o sobredosis, sus efectos pueden ser traumáticos para algunas personas y no se recomienda su uso para aquellas personas que tienen predisposición a la esquizofrenia o la psicosis. Medicinalmente, el THC ha demostrado tener muchos beneficios para la salud, debido a su potencial analgésico, antitumoral, antiemético, neuroprotector, inmunomodulador, antineoplásico, antipruriginoso, broncodilatador, antiespástico o reductor de la presión intraocular. Al igual que el CBD, se recomienda que el THC se tome de forma progresiva, comenzando con una dosis mínima y aumentando lenta y progresivamente.
Finalmente, el CBD puede minimizar los efectos intoxicantes del THC, haciendo que tenga un efecto psicoactivo menos intenso. Por lo tanto, los productos con una combinación de CBD y THC son excelentes para los consumidores primerizos, especialmente para aquellos que nunca antes han usado THC y que lo necesitan por razones de salud.