El Movimiento Madres por el Cannabis, fundado en Portugal en mayo de 2022 por cientos de pacientes que buscaban acceder al cannabis con fines terapéuticos, lanzó una petición reivindicando el cultivo personal y asociativo de los pacientes como un derecho humano. paula mota, fundador del Movimiento, afirma que, “aunque Portugal ya tiene más de 20 empresas productoras de cannabis, los pacientes no tienen acceso a tratamientos con cannabinoides” y lamenta que se vean “obligados a recurrir al mercado ilícito y no regulado, incurriendo, en muchos casos, en veces, en la comisión de delitos”.
A petición por el derecho de los pacientes de cannabis medicinal al cultivo personal y asociativo, que ya está disponible para ser firmado (solo por ciudadanos portugueses) en la plataforma Petição Pública, fue lanzado con motivo de la Cannadouro – Feria Internacional del Cáñamo en Portugal, donde Paula Mota y María João Rezende presentó el Movimiento en una conferencia.
Maria João Rezende ha sido activista por los derechos de los pacientes de cannabis medicinal. Hermana Paula, 54 años, tiene epilepsia refractaria
Los cuidadores de la hija y la hermana, respectivamente, ambas con epilepsia refractaria, lamentan verse obligados a recurrir al mercado ilícito y no regulado para obtener el cannabis que necesitan para ayudar a sus familiares. Afirman que a menudo se sienten como si fueran “delincuentes”, ya que se ven obligados a obtener cannabis de puntos de venta no autorizados, poniendo en riesgo su seguridad y la de los pacientes.
El Movimiento considera que existe “una violación de los Derechos y Deberes consagrados en el artículo 64 de la CRP - Derecho a la Salud, la Ley Básica de Salud en Portugal, el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en lo que respecta a la salud y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en su artículo 35, ya que el Estado, a pesar de haber legislado, aún no crea las condiciones para el acceso a estos preparados”.
“En la Ley N° 33/2018, de 18 de julio, se estableció el marco legal para el uso de medicamentos, preparados y sustancias a base de la planta de cannabis con fines medicinales, a saber, su prescripción y dispensación en oficinas de farmacia y la formación de profesionales de la salud. Sin embargo, yo, otras madres, padres, pacientes, cuidadores informales y familias, organizados en este Movimiento, notamos la falta de formación de los profesionales de la salud y la falta de disponibilidad de medicamentos hasta la fecha”, advierte la fundadora del Movimiento.
Paula Mota, abogada, es madre de Margarida, de 13 años, que tiene epilepsia refractaria y fundó el Movimento das Mães pela Canábis
“Además, los niños o menores de 21 años quedan automáticamente excluidos de los posibles tratamientos disponibles en nuestras farmacias portuguesas”, subrayaron también. Paula Mota dice que su hija Matilde, que tiene 13 años, no solo toma CBD (cannabidiol), sino también THC, que la ayuda a controlar los ataques epilépticos.
El jurista también dice que los médicos aún muestran resistencia y desconocimiento sobre los productos y plantas que los pacientes que siguen clínicamente consumen u obtienen en el mercado ilícito. “Para nosotros, pacientes y cuidadores de pacientes, y sin querer menospreciar a nadie, debemos decir que no tener un médico que los acompañe ni acceder a una planta que puede mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes es demasiado preocupante. ¡Pero esta es nuestra realidad diaria!”, dijo a Cannareporter.
Sin otra alternativa que recurrir al mundo de la delincuencia, el MMPC solicita ahora a la Asamblea de la República que “reconozca a los pacientes residentes en Portugal el derecho al cultivo personal y/o asociativo de cannabis, como única forma de acceso, como ya estaba previsto”. en asociaciones de pacientes de otros países”.